Lunes 14 de junio del 2010
“La gente tiene que aprender a convivir con la ceniza. Son partículas muy finas producto de la expansión y en dónde caiga depende de la dirección del viento”. Este diagnóstico lo hace Flavio Ramos, técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), al referirse a la presencia en el aire del material que arroja el volcán Tungurahua y que en los últimos días ha sido causa de preocupación en Guayaquil y otros sectores de la Costa.
El volcán cambió su comportamiento en los últimos cuatro días. Según Silvana Hidalgo, vulcanóloga del Instituto Geofísico, ahora se presentan emisiones de columnas de gas con contenido de ceniza.
Por eso afirma Ramos que, dependiendo de la dirección de los vientos, algunas partículas seguirán llegando a Guayaquil.
El pasado viernes, la caída de una fina capa de polvo volcánico obligó a suspender por una hora las operaciones en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo. Era la segunda vez desde el 29 de mayo, cuando una fuerte erupción del Tungurahua cubrió de ceniza a Guayaquil y obligó a cerrar el aeropuerto por dos días.
El viernes y sábado, residentes de Samborondón y del norte de Guayaquil reportaron una leve caída de material.
Ayer, por ejemplo, una emisión en la madrugada formaba una nube que se extendía en sentido este-oeste hacia Los Ríos, a 5.000 metros de altura, según imágenes captadas por el satélite de la NOAA (Administración Nacional del Océano y la Atmósfera). Cuando baja, “por la expansión del aire, se recibe ceniza de forma imperceptible”, señala Ramos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario