martes, 29 de junio de 2010

Entre risas y melancolía se agasajó a los padres en su día

Lunes 21 de junio del 2010

Una corona de cartón y una chaqueta roja que buscaba parecerse a una capa, son los adornos que los hijos de Luis Espín Mosquera, de 91 años, le colocaron durante el festejo que le organizaron con su familia para celebrar el Día del Padre.

Espín no dejaba de sonreír mientras veía a sus nietos y bisnietos corretear y jugar en las escaleras de su casa, donde vive con sus tres hijos y sus respectivas familias, ubicada en las calles Tungurahua y la B, en el sector de Cristo del Consuelo.

Su hijo menor, Jorge, de 36 años, explicó que la reunión familiar la organizan entre él y sus dos hermanas, Wilfrida y Luisa, desde hace más de diez años para que su papá se alegre y comparta tiempo con todos.

Cada hijo se ocupa de una labor. Este año Wilfrida fue la encargada de la decoración y los caramelos, Luisa preparó los bocaditos y Jorge, junto a su esposa, cocinó el arroz con pollo y compró la torta.

En otro punto de la ciudad, Didino Martrus, de 32 años, acudió junto a su esposa, Katty Cervantes, y su hijo Bruno, a desayunar en uno de sus lugares favoritos: el Café de Tere.

Martrus recuerda nostálgico que el año pasado celebró su primer Día del Padre. Bruno lo despertó muy temprano para entregarle un regalo.

Mientras, en el Cementerio General, Teresa Peñafiel, de 81 años, visitó ayer la tumba de su padre, Terensio, quien cumplió el pasado mes de abril 29 años de haber fallecido.

La mujer menciona que todas las semanas acude al lugar acompañada por su hijo y adorna con flores el sepulcro. Recalcó que a su padre lo recuerda siempre y no cree que debe ir solo para una fecha especial, sino todo el año.

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